El asesoramiento jurídico es un servicio indispensable para las empresas a día de hoy. Sin embargo, el mismo abogado no te sirve para todo. El mundo del derecho ha evolucionado en base a la especialización. El abogado que asiste a la empresa en una demanda por despido improcedente no puede ser el mismo que le auxilia en un concurso de acreedores. De las diferentes ramas del derecho que existen, una que encaja a la perfección en el mundo de la empresa actual es el derecho mercantil. Te explicamos por qué a tu empresa le interesa tener un abogado experto en esta especialidad.
Hay un hecho que es innegable. La mayoría de las ocasiones en las que un particular o una empresa recurren a los servicios de abogacía, el abogado contratado tendrá que pugnar frente a otro abogado. La justicia no es neutra, ni el derecho tampoco. Quien tenga el mejor abogado tiene ventaja. Tener el mejor abogado hace referencia a que dispone de más conocimientos y más experiencia en el asunto a tratar. De ahí, lo importante de contratar un abogado especializado.
Muchas grandes empresas tienen abogados mercantiles en nómina. Otras, en cambio, contratan los servicios de un profesional independiente cuando lo necesitan. Una de las opciones más utilizadas es trabajar con un bufete de abogados multidisciplinar. Con abogados especializados en diferentes ramas del derecho. De manera que los intereses de la empresa están cubiertos en distintos campos.
Para ejercer en la actualidad como abogado mercantil es necesario que el estudiante de derecho curse un máster en derecho mercantil, o en cualquiera de sus subespecialidades: derecho bancario, derecho concursal, derecho societario.
Los profesionales de Abogados en Santander, un bufete multidisciplinar ubicado en la capital cántabra, con más de 20 años de experiencia en el derecho mercantil, señalan que un abogado mercantil está presente en muchos de los momentos claves de la vida de una empresa. En su constitución, en su expansión y en los diferentes acuerdos que día a día establece con clientes, proveedores o entidades financieras.
Te comentamos las tareas que realizan estos abogados con las empresas y algunos de sus cometidos más habituales.
Las funciones de un abogado mercantil.
El abogado mercantil representa a la empresa en gran parte de los actos comerciales que efectúa y le asiste y protege en los conflictos derivados de estos actos.
La Universidad Internacional de La Rioja indica que las funciones de un abogado mercantil son, principalmente, cuatro:
- Representación de las empresas en litigios legales. La gran mayoría de las causas legales que se dirimen en los juzgados de lo mercantil están llevadas por abogados. En estos juzgados se tratan asuntos tales como incumplimientos de contratos comerciales, resolución de deudas pendientes, denuncias por competencia desleal, etc.
- Asesoramiento jurídico a las empresas. Esta es una función que abarca un amplio espectro de tareas que van desde la redacción de contratos comerciales, la negociación con otras empresas o entidades para establecer las condiciones de la relación o la participación en procesos de fusión, absorción o reestructuración de empresas.
- Constitución de sociedades. Cuando una empresa se legaliza como una sociedad mercantil: S.L.; S.A.; C.B. o cualquier de sus formas legales, debe contar con la supervisión de un abogado para asegurar que toda la documentación y trámites se ajustan a la ley.
- Compra-venta de empresas. La compra o venta de una empresa privada es una ardua tarea que se desarrolla dentro de un marco jurídico complejo en el que se precisa un asesoramiento especializado para no cometer errores que impliquen pérdida de dinero o infracciones legales.
El papel de un abogado mercantil en la constitución de una empresa.
El trabajo de un abogado mercantil en la legalización de una empresa comienza desde el primer momento. Antes de nada, el abogado debe asesorar al empresario o a los socios sobre cuál es la forma jurídica más apropiada para dar de alta la empresa. Si debe ser una Sociedad Anónima, una Sociedad de responsabilidad Limitada o cualquier otra forma de personalidad jurídica que contemple la ley. Para eso deberá tener en cuenta las consecuencias jurídicas, fiscales y las características propias de la empresa con la que está trabajando.
Para dar de alta una sociedad mercantil es preciso que esta cuente con unos estatutos. Es el abogado quién los redactará, preocupándose de que se adapten a las exigencias legales.
A continuación, el abogado prepara toda la documentación para la firma de la escritura pública y asiste al acto de constitución, el cual se realiza ante notario.
Con la escritura en la mano, la empresa deberá inscribirse en el Registro Mercantil y darse de alta en la Agencia Tributaria, en el epígrafe correspondiente a su actividad dentro del Impuesto de Actividades Económicas. Estos son trámites que se pueden realizar sin la presencia de un abogado, pero siempre es recomendable que asista y que asesore al empresario. Todos sabemos lo compleja que puede llegar a ser la burocracia.
Como vemos, el papel de un abogado mercantil es fundamental en todo el proceso de constitución de una sociedad empresarial.
Relación con los bancos.
El derecho bancario es una categoría dentro del derecho mercantil. Todos sabemos la influencia que tienen los bancos en la vida de cualquier empresa. Ya no es que supongan una fuente de financiación, sino que la mayor parte de los fondos derivados de la actividad de la empresa pasa por los bancos. En ocasiones, los bancos tienen más información sobre la empresa que el Estado. Por tanto, la empresa debe contar con asesoramiento jurídico específico, para no verse perjudicada en esta relación.
Con referencia a la relación de la empresa con los bancos, el abogado mercantil revisa y negocia los contratos que su cliente firma con entidades financieras. Buscando que sean beneficiosos para su representado y que no escondan cláusulas abusivas.
A nivel particular ya vemos como cuando nos conceden un préstamo o compramos un producto financiero, en el contrato siempre está la letra pequeña que establecen condiciones que nos pueden perjudicar. Sabemos que debemos estar atentos a este detalle. Cuanto más, si nos referimos a contratos que pueden comprometer la supervivencia de una empresa.
El abogado se encarga de efectuar las reclamaciones bancarias cuando se ha producido una situación irregular, como puede ser el cobro de comisiones abusivas o cargos indebidos.
También defiende y representa a la empresa en litigios legales, cuando estos problemas no se han podido resolver con una negociación amistosa.
El abogado representará a su cliente en procesos que impliquen embargos, ejecuciones de garantías o que supongan una reestructuración de la deuda.
Propiedad industrial.
En este tema, el abogado mercantil gestiona y asesora a la empresa en el trámite de registrar la marca comercial, el logotipo y los productos (nombre y especificaciones) en la Oficina de Patentes y Marcas.
En ocasiones, este registro puede entrar en confrontación con otras marcas y patentes registradas. En tal caso, el abogado debe estudiar cómo resolver la situación de forma que no perjudique a su cliente.
El registro de la propiedad industrial es una protección para la empresa, pero no es una garantía infalible. Los derechos que se derivan de las patentes deben protegerse y cuidarse permanentemente.
En este sentido, el abogado mercantil debe redactar y revisar todos los contratos que impliquen el acceso o uso de elementos patentados por parte de terceros.
Del mismo modo, defenderá a su cliente en litigios relativos a la apropiación indebida de marcas y patentes registradas.
Una pequeña empresa de perfumes malagueña, Campomar S.L., denunció a la multinacional americana Nike por el uso del nombre de su producto, cuando la empresa de equipamientos deportivos decidió sacar al mercado un perfume para hombres. Y es que los fabricantes malagueños ya habían patentado el perfume Nike en 1940, antes de que conocieran la existencia de la multinacional norteamericana.
Concurso de acreedores.
Verse envuelta en un concurso de acreedores es una situación incómoda para una empresa. Procedimiento en el que el papel del abogado mercantil pasa a ser determinante. De hecho, existen abogados mercantiles especializados en derecho concursal.
Como nos recuerda el portal Infoautonomos, un concurso de acreedores se pone en marcha cuando un particular o una empresa no disponen de liquidez para hacer frente a sus deudas.
Este proceso es complejo y se encuentra dirigido en todo momento por un juez. Para garantizar la supervivencia de la empresa y para que el procedimiento dañe lo menos posible a los empresarios y socios, estos deberán estar asistidos por un abogado. El cual se encargará de representar a su cliente en las negociaciones con los acreedores y en las intermediaciones con el juez.
En la fase común del procedimiento, una vez inventariado el patrimonio de la empresa o de los afectados, los bienes embargables pasan a manos del “Administrador Concursal”. Él deberá encargarse de su liquidación y venta para zanjar la deuda. En este momento tan delicado, el abogado debe velar por proteger a su cliente.
Estos puntos que hemos visto son tan solo algunos ejemplos de lo importante que es el trabajo de un abogado mercantil para una empresa.