Muchas veces es el cine o las series de televisión las que marcan tendencia. Algún diseñador crea una estancia en un plató para grabar cierta escena o secuencia para la gran pantalla y ese diseño se mueve por las redes sociales creando una moda alrededor que hace que ciertos objetos o estilos vuelvan a llevarse o se hagan hueco dentro del panorama de la decoración internacional
Esto es algo que viene ocurriendo desde siempre. Pensad en “Friends” esa serie cómica que contaba las venturas y desventuras de seis amigos que se reunían en un bar regentado por un alemán llamado Günter ¿No se puso de moda la idea de estar con tus colegas en la misma mesa del bar de siempre todos los días para echarte unas risas? No podemos evitarlo, somos una población de costumbres y a veces sacamos esas costumbres del cine.
No es de extrañar, por lo tanto, que hablemos de una decoración de película para nuestra casa y no es de extrañar, por lo tanto, que acabemos todos cortados por el mismo patrón.
En mi caso intento no dejarme guiar por las modas que, aunque es prácticamente imposible, siempre que intentes poner una barrera entre ellas y tú conseguirás un efecto, aunque sea pequeño.
Hace pocos meses reformé mi cocina con la ayuda de mi tienda favorita, Alvimodul, y me dejé guiar totalmente por sus expertos porque, siendo sinceros, por muy buenas intenciones que tenga o por muchas ideas que pueda querer aplicar los que realmente saben de esto son los profesionales y en mi opinión, por mucha personalidad que se tenga, es mejor hacer caso a quien sabe de lo que habla.
Yo no soy una persona que siga las modas sino que elige o selecciona lo que le gusta, lo que ocurre es que es imposible asegurar que no nos hemos visto manejados o afectados por aquello que se lleva en ese momento porque, aunque no quieras, es algo que ves a cada momento, que entra por tu retina aunque no quieras y al final acaba gustándote porque te acostumbras a que esté ahí.
Una de las mejores ideas que he tenido en la vida fue cuando cambié la decoración y los muebles de mi dormitorio. Compré cuatro o cinco revistas con estilos totalmente diferentes e incluso fui cogiendo folletos y panfletos por todas partes lo que me provocó un mareo impresionante. Al cabo de unos días había visto tantos estilos diferentes y tenía tantas imágenes metidas en la cabeza que era imposible asegurar qué estaba de moda y qué no así que me relajé, dejé pasar un par de semanas y luego pensé en qué recordaba más, que se me había grabado más a fuego en la mente, y así fue cómo me quedé con el estilo sencillo y elegante que tengo ahora en mi habitación que, para mí, fue todo un acierto.
Aunque parezca contradictorio lo que hice fue liberarme de los prejuicios de las modas porque me empapé de ellas hasta que me harté de verlas y luego intente vislumbrar lo que realmente me había gustado así que, es muy posible que repita esos mismos pasos la próxima vez que quiera reformar alguna de las estancias de mi casa.