Se acabaron las medias tintas. Es hora de que digamos las cosas como son, como siempre han sido. El ser humano se ha comportado de una manera salvaje con la naturaleza, con el medioambiente y con el planeta en general. Y, claro, ahora empezamos a verle las orejas al lobo y empezamos a ser conscientes de que es muy posible que, dentro de muy poco tiempo, muchas de las cosas, bienes y productos, que hoy catalogamos como normales, no vayan a ser tan habituales a medio plazo. Eso nos ha obligado a ponernos las pilas.
La Tierra lleva tiempo emitiendo señales de SOS a las que algunas personas, por suerte, se han encargado de darles visibilidad. El capitalismo más salvaje y visión cortoplacista del ser humano moderno ha puesto de manifiesto una cantidad tremenda de problemas en el planeta, como lo son la limitación de los recursos naturales, el exceso de contaminación y la falta de un reciclaje que esté mucho más arraigado en la sociedad. Desde luego, tenemos la necesidad de atacar de una manera frontal a todos y cada uno de estos asuntos si no queremos que nuestros hijos paguen las consecuencias del deterioro del planeta.
Pero, después de esta primera visión algo desagradable, vamos a proceder a ofreceros algunos datos mejores: el primero de ellos nos lo proporciona la web Efe Verde, en la que se pone de manifiesto que los consumidores cada día se preocupan más por el estado del medioambiente, según varios estudios. De hecho, la noticia asegura que la población española fue la segunda de todo el mundo que mostró una mayor preocupación por todo lo que tiene que ver con el calentamiento global (51%), solo superada, y por un 1% de diferencia, por la de Japón. Eso sí son motivos de orgullo nacional y no otras cosas.
También en otros países, estamos asistiendo al crecimiento de algunos datos que dejan margen para la esperanza. Es el caso de Argentina, donde el diario La Nación indicaba, en una noticia, que el 86% de sus habitantes se había empezado a preocupar por el cuidado del medioambiente. La verdad es que escuchar y leer estas cosas nos permite respirar algo en medio de una batalla tan dura como lo es esta. Desde luego, lo que es evidente es que se necesita la ayuda de todas y cada una de las personas que forma parte de este mundo para obtener la victoria.
La lucha contra el deterioro del medioambiente nos sigue deparando buenas noticias. En España, los consumidores y consumidoras están consiguiendo que se eleve la cantidad de productos ecológicos que se producen y se venden prácticamente en todos los sectores de la sociedad. Así nos lo han indicado los propietarios de Stocknet Vallés, que nos han dejado claro que, por ejemplo en materia de limpieza, los productos ecológicos ya son los más vendidos con diferencia. Sin duda, estamos hablando de algo que nos permite exhibir una amplia sonrisa y que esperamos que se alargue en el tiempo.
Esta es solo una batalla en mitad de la guerra
Como antes hemos comentado, la lucha contra el deterioro de nuestro planeta no solo se puede ganar a través de productos ecológicos. Es cierto que este es un aspecto muy importante y que nunca podemos dejar de lado porque es estratégico en este proyecto, pero hay otros asuntos, como la apuesta por las energías renovables, el reciclaje o la eliminación de los combustibles fósiles, que desde luego son dignos de ser tenidos en cuenta ya que, sin ellos, sería completamente imposible que obtuviéramos éxito en este propósito.
Ni que decir tiene que hay que obligar a que las empresas, los países y los particulares pongan su granito de arena en todo lo que tiene que ver con esto. Estamos hartos de ver cómo hay naciones, como Estados Unidos o China, que no ponen de su parte a este respecto. La Unión Europea sí que está proponiendo y ejecutando proyectos destinados a cumplir con una necesidad de la que venimos hablando y la verdad es que podemos decir que somos una de las zonas del mundo más concienciadas. Pero con eso no basta. Tenemos que hacer que se imponga nuestra manera de hacer las cosas. Y es verdad que eso no es nada fácil.
Estamos seguros de que vamos a seguir creciendo y haciendo de esta Tierra un lugar mejor. El problema, eso sí, es que vamos a contrarreloj y que hay que conseguir soluciones rápidas y que nos mantengan fuera de peligro tanto a nosotros como a los que vienen por detrás. El ser humano ya se ha propasado demasiado con el planeta en el que vive y va siendo hora de que construyamos una sociedad que no maltrate tanto a su entorno. Así es como empieza a fraguarse una buena calidad de vida para todos y todas.