Es bueno para la salud que de vez en cuando nos demos un pequeño caprichito. No le hacemos mal a nadie con ello, al contrario, estamos pensando en nosotros y nosotras mismas, algo que debemos hacer con más frecuencia y que nos va a venir bien para afrontar con otras sensaciones el paso de los días y de la rutina. Además, darnos ese capricho de vez en cuando es un justo premio a todos los esfuerzos y sufrimientos que tenemos que asumir durante esa rutina y que, de no ser por estas cosas, no se verían recompensados.
Son muchos los caprichos de los que podemos estar hablando. Después de los sufrimientos de los últimos años y de la incertidumbre que hemos tenido a nivel social, económico y sanitario desde 2020, creemos que ha llegado la hora de regalarnos a nosotros y nosotras mismas una joya. Y es que no hay regalo que podamos disfrutar más y que destaque tanto nuestra imagen de cara a las personas que nos puedan rodear en un determinado evento. Sin duda, pocos autorregalos pueden hacernos más ilusión que este. ¡Ya está bien de decirnos que no a nosotros y nosotras mismas!
Creemos que hay mucha gente que se ha anticipado a nuestro consejo y que ha decidido apostar por una joya como autorregalo en los últimos años. Y los datos nos dan la razón en buena medida. En una noticia publicada en la página web del diario Heraldo en 2016, en ese año había crecido por primera vez la venta de joyas desde 2010, algo que también se debía a una salida de la crisis económica que no solo permitió que creciera este sector, sino otros muchos. A lo largo de estos últimos años, ese crecimiento se ha asentado, a excepción, como es evidente, de los años de pandemia.
Está de moda tener joyas, principalmente porque este tipo de objetos es más accesible para todo el mundo, lo cual ha invitado a hombres y mujeres de diferentes características a autorregalarse colgantes, pulseras o relojes, entre otros objetos de estas familias. En Babu Joyas nos han indicado que quienes adquieren joyas para sí mismos suelen apostar por las gargantillas. Y es que, en un momento en el que la imagen personal cuenta más que en ningún otro instante de la Historia, es importante que conozcamos de primera mano la notoriedad que nos proporcionan elementos como estos.
Muestra de identidad
Una de las grandes ventajas que tienen las joyas en los seres humanos es el hecho de que van a marcar, en buena medida, nuestra identidad. Eso siempre es importante. Al igual que la fachada de nuestra vivienda dice cosas sobre nosotros y nosotras, una determinada pieza de joyería que portamos también puede decir bastante sobre nuestra personalidad. Denota el gusto por un estilo, por la sencillez o la complejidad, por el color… Las joyas hablan del mismo modo que lo hace nuestra propia boca o la ropa que llevamos puesta. Por eso, siempre es importante que tengamos alguna que nos defina a la perfección.
Curiosamente, las joyas son objetos que, como ocurre con el vino, se van revalorizando con el tiempo. Es bastante habitual que pasen de generación en generación (seguro que, en vuestra familia, alguno de vuestros antepasados dejó en herencia alguna pieza que los herederos y herederas seguís conservando). El hecho de adquirir una joya para nosotros y nosotras mismas hará que, en el futuro, cuando ya no estemos en este mundo, alguien se acuerde de nosotros y cuide de nuestras joyas como si fuéramos nosotros o nosotras mismas.
Siempre hay alguna joya idónea para cada tipo de persona y esto es lo que hace que siga habiendo muchas personas que las adquieran. La posibilidad de hacerlo online, sin gastar demasiado tiempo ni dinero en desplazamientos, ha permitido que ganen popularidad y visibilidad. Esa siempre será una buena noticia para nuestros intereses. No solemos olvidar que la relación entre humanos y joyas es siempre muy productiva y que, hasta que no nos vemos con una de ellas puesta, no sabemos todo lo que nos puede aportar, que es mucho y siempre superará nuestras expectativas por muy exigentes que seamos.
Por todo esto, tenemos la sensación de que va a seguir creciendo el número de admiradores y admiradoras de las joyas. No es para menos. Lo cierto es que son maravillas confeccionadas por verdaderos profesionales artesanos y que han sido hechas para ligar perfectamente con un estilo personal muy definido en cada caso. En España y en otros países estamos comprando cada vez más joyas y eso solo quiere decir que el futuro del negocio está más que asegurado. Hombres, mujeres, gente joven y gente mayor siguen pendientes de este tipo de cosas… y con razón.