Dicen que con la edad empiezan a aparecer diferentes dolores pero yo siempre había pensado que eso era un “cuento de la abuela”. Ahora empiezo a pensar que de “cuento” tiene poco y que es más bien una afirmación con más razón de un Santo. Nunca jamás he tenido dolores de espalda. Obviamente una contractura muscular en un momento determinado la ha tenido cualquiera, pero nada que se salga de lo normal. Sin embargo, llevo un mes y medio levantándome de la cama hecha un siete, ¿será la edad?
El colchón está en perfecto estado, tiene menos de dos años y además es de los buenos, de esos en los que te dejas la paga extra de Navidad pero con los que duermes mejor que un bebé, y últimamente no sé cómo ponerme en la cama, coja la posición que coja me levanto contrahecha.
Y digo yo, si tengo 34 años y ya estoy quejándome de dolores en la espalda ¿cómo estaré con cincuenta? Tengo que poner remedio desde ya, más que nada porque he probado de todo y no me funciona. Me dijeron que durmiera de lado pero yo doy más vueltas que un molino mientras duermo y claro… puede que empiece así pero paso por mil posturas diferentes antes de despertarme. Lo de ponerme una almohada debajo de las rodillas tampoco sirve conmigo porque cuando me levanto nunca la encuentro, la última vez apareció en la otra punta de la habitación (imagino que le daría alguna patada durmiendo o algo similar), pero es que también la he encontrado debajo de la cama o incluso apoyada verticalmente sobre la pared lo cual me resulta verdaderamente extraño, así que mejor no me pregunto cómo narices cayó en esa posición.
Masajes y fisioterapias
Una amiga mía, que hizo este curso de masajista en Málaga hace unos años, me ha recomendado directamente que vaya a un fisioterapeuta y a un centro de masajes relax de manera que alterne un masaje con otro semanalmente. Según ella, así trabajaré la espalda con el fisio y luego la relajaré para dormir como un Lirón. Mientras ella se ha ofrecido a encontrarme un buen fisioterapeuta, yo ya me he hecho con la primera cita en Masajes Más, un centro de masajes relax en Elche, e iré esta misma tarde a disfrutar de un buen momento de relajación merecida.
La verdad es que me apetece mucho más lo del masaje relax que lo del masaje fisioterapéutico porque me imagino toda espachurrada y con cara de dolor mientras las manos del masajista descontracturan mi espalda y aprietan zonas doloridas. El problema es que, aunque parezca masoquista ir a que te hagan daño, supuestamente es uno de los mejores remedios para los dolores de espalda, así que merecerá la pena, creo.
El problema es que probablemente se me irán sumando dolores poco a poco y la culpable seré sólo yo. Mi actividad física estos últimos años se ha visto reducida notablemente en todos los sentidos y ya sabemos que moverse es sinónimo de salud, mientras que el sedentarismo no nos beneficia en nada. Por un lado, empezar en mi trabajo actual como oficinista ha provocado que pase sentada 8 horas al día delante del ordenador, ocho horas que se convierten en 11 entre las dos de la comida y la hora que gasto entre idas y vueltas en el coche. Si tenemos en cuenta que el día tiene 24 y 11 las paso sentada, me quedan 13 horas más de las que 8 son para dormir. Conclusión: sólo tengo 5 horas libres al día que pueda dedicar a hacer ejercicio, pero en esas cinco horas también tengo que ordenar la casa, limpiar un poco, hacer la compra, cumplir con mis recados y obligaciones personales y tener algo de ocio.
Al final, a pesar de saber que es culpa mía toda esa falta de actividad, también me entran ganas de estamparle a la sociedad la situación que vivimos cada día yo y millones de españoles más. Puede que si tuviéramos una jornada intensiva al estilo nórdico la cosa cambiase un poco, aunque no lo tengo demasiado claro.
Lo que sí tengo más claro que el agua es que o empiezo a moverme un poco más o dentro de unos años tendré más dolores y más problemas en todas las partes de mi cuerpo. ¿Y vosotros, tenéis dolores por la edad, ponéis remedio?