Parece que fue ayer cuando mi hermano casi no lo cuenta por un ataque de corazón con apenas 30 años. Así es, un fallo cardiovascular en la treintena, de hecho, cuando lo cuento mucha gente no da crédito de cómo puede ser posible.
Sin embargo, si nos paramos a observar con detenimiento lo poco que se hace por educar en un estilo de vida saludable no me resulta tan difícil entender que estemos llegando a casos como el de mi hermano.
Nos llevamos un buen susto, eso es así pero ahora mi hermano goza de una salud envidiable. Desde entonces ha cambiado por completo su estilo de vida, primero recurrió a profesionales y siguió un tratamiento de sobrepeso en Albacete en Clinca Imos, con expertos que analizan cada caso para aconsejar el tratamiento más adecuado para cada caso.
Si bien, el caso de mi hermano no es en absoluto un caso aislado, de hecho, investigando sobre el tema no tardé en comprobar que, efectivamente, el perfil de mayor riesgo frente a la obesidad según el estudio científico ANIBES, es el perfil de hombre de unos 40 años que pasa mucho tiempo delante del televisor y que no realiza ejercicio.
El estudio parte de un análisis de una muestra de 1655 personas adultas donde también se han reflejado algunos aspectos como los ingresos familiares, el tamaño del hábitat, ser inmigrante, o estar en paro, todos ellos factores que no se asocian con el aumento de peso.
Lo curioso es que son el sexo y el nivel educativo lo que más influye en la obesidad.
Educar en Estilos de Vida Saludables frente a la Obesidad
Vivimos en una sociedad consumista donde muchas veces perdemos la noción de lo que es llevar una vida saludable, con trabajos sedentarios y hábitos alimenticios poco saludables. Muchas veces, nuestras rutinas nos dejan poco espacio para lo que debería ser nuestra prioridad: cuidarnos.
Este era el caso de mi hermano, con una vida sedentaria, nada de deporte y unos terribles hábitos alimenticios en los que primaba la comida precocinada y los fritos. Llevábamos tiempo diciéndoselo, pero nunca había sido educado en adquirir hábitos saludables y en entender su importancia.
Así que había ido ganando peso como resultado de su estilo de vida. De hecho, en la actualidad hasta ha cambiado de trabajo y ha dejado de llevar una vida sedentaria. Se siente muchísimo mejor y, no solo por haberse responsabilizado de su salud, con ello todas las demás áreas de su vida han mejorado.
Me resultó curioso saber que el sexo y la educación eran tan relevantes como factores que determinan ese riesgo de padecer obesidad. Al parecer, ser hombre o mujer condiciona el desarrollo de sobrepeso y obesidad. Esto se debe a las hormonas sexuales que afectan tanto en la cantidad como en la distribución de la grasa corporal si nos basamos en los resultados del estudio.
Así, el sexo es un factor influyente en la composición corporal, oxidación y movilización de las grasas.
Si bien, el nivel educativo también es un factor decisivo por estar relacionado directamente con el conocimiento en términos de salud, estilos de vida, hábitos de alimentación y actividad física.
Uno de cada seis adultos españoles es obeso, un dato bastante alarmante, sin duda. En el caso de los niños, un tercio de los menores en edades comprendidas entre los 13 y 14 años pesa más de lo normal.
España se sitúa entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) donde este problema de salud pública está más extendido.
La previsión es que la tasa de obesidad aumente al menos un 7% en 2020. La investigación y prevención desde edades muy tempranas, entre los 3 y 6 años se convierte en toda una necesidad.
En palabras de Fuster un cardiólogo concienciado con este problema “este tema tiene que ver con la conducta, la obesidad es una consecuencia, y es a esa edad cuando en realidad la formamos” Para este cardiólogo el problema se encuentra principalmente en la educación.
Todo empieza en cómo nos educan sobre estos temas, entender la importancia de cuidar nuestros cuerpos, una nutrición equilibrada y saludable, los beneficios del ejercicio físico y de controlar las emociones para desarrollar estilos de vida saludables para evitar así la obesidad.
Todo ello, debe empezar desde la infancia para construir una buena base como método de prevención.
En opinión de expertos los programas de formación funcionan y son necesarios al vivir inmersos en una sociedad de consumo donde cada vez se hace menos ejercicio físico, se come mal y la salud parece haber pasado a un segundo plano.