Los idiomas ya son un pilar fundamental en la educación. Controlar un idioma, además del nativo, siempre ha supuesto un punto a favor a la hora de mirar hacia el futuro en temáticas de trabajo y carrera. Sin embargo, no tenerlos no significaba un paso atrás. Hoy esto sí empieza a ser así. La ausencia o el vacío del espacio destinados los idiomas en el curriculum vitae comienza a pesar demasiado a la hora de contratar desde los servicios de recursos humanos. La mejor forma de ponerse al día y aprender lenguas es viajar y estudiar idiomas en el extranjero. Probablemente no exista una técnica más eficaz que la de salir y verse obligado a intercambiar conversaciones con los habitantes naturales del país cuyo idioma estamos aprendiendo. Las clases siempre ayudan, claro, pero no fuerzan la situación. El alumno sabe perfectamente que está en una clase y que, pasado el tiempo, podrá salir otra vez y volver a su mundo de tranquilidad en la zona de confort. Sin embargo, la opción del extranjero obliga a permanecer alerta. No existe un timbre que separe el mundo real del mundo ficticio que creamos dentro de una clase. Si viajamos al extranjero, todo lo que hagamos tendrá que ser en el idioma nativo, tanto si vamos a pedir una coca cola como si lo que queremos es preguntar en qué lugar se encuentra el centro de salud más próximo. Y ese desamparo de cara al idioma es, precisamente, el mayor punto a favor de esta técnica. El alumno consigue aprender el idioma en cuestión a la fuerza, por verse en la obligación de hablar para conseguir las cosas que necesita y a mejorar su lenguaje a base de practicarlo.
Los cursos en el extranjero son cada vez más habituales para aquellos que quieren aprender idiomas. Generalmente suelen darse en dos modalidades: cursos de un año o estancias más cortas, por lo general en el periodo estival de vacaciones, para fortalecer la práctica y el control del idioma en el que estamos focalizando nuestro aprendizaje. Como en todo lo relacionado con el aprendizaje, cuanto más joven se es, más facilidad para empaparse uno del idioma tiene. No obstante, eso no implica que las personas más entradas en edad no puedan disfrutar y aprender un idioma con este método (y con cualquier otro). Simplemente, puede costarles un poco más de esfuerzo y tiempo retener algunos de los conocimientos.
Muchas son las academias que organizan ya este tipo de viajes colectivos a tierras extranjeras, con el fin de que los solicitantes aprendan y refuercen sus habilidades idiomáticas. Los destinos son diversos e indiferentes para las academias, que suelen tener una oferta bastante variada con el objetivo de atraer varios tipos de perfiles hacia sus clases, viajes organizados y otras técnicas de aprendizaje de los idiomas. Así, el estudiante de academias como European Idiomas, empresa que ha accedido a abrirnos sus puertas y su oferta formativa, puede viajar tanto a lugares angloparlantes, como Irlanda (Dublín, Waterford o Bray Wicklow), Reino Unido (Londres, Edimburgo u York, entre otras ciudades) o a los propios Estados Unidos, uno de los destinos preferidos, entre los que destacan ciudades como Nueva York, evidentemente. Todo se puede elegir según los criterios propios del estudiante o la familia, que en función de intereses, gustos o preferencias, podrá optar entre una estancia en residencia, un intercambio u otro tipo de viaje. Además de estos destinos para el aprendizaje de la lengua inglesa, la academia también se centra en los idiomas continentales, entre los que priman el alemán y el francés.
La creciente tendencia a realizar este tipo de viajes escolares para estudiar en el extranjero ha supuesto un aumento en la oferta y la demanda de estas academias, que organizan este tipo de eventos con un rango de edad amplio como público objetivo. En European Idiomas, por ejemplo, aseguran que pese a centrarse en los alumnos jóvenes, que son los que más solicitan este tipo de servicios, no olvidan a aquellos que han superado ya una cierta edad, pero cuyas ansias y necesidades de aprendizaje de idiomas siguen despiertas. Los idiomas no son cosa de edad, sino más bien de actitud. Do you speak english?