¿Quién dijo que no se podía hacer un viaje cultural y de aventura al mismo tiempo? No sé por qué se tiene la extraña creencia de que si hacemos un viaje cultural para visitar nuevas ciudades, ver monumentos y conocer rincones nuevos no se puede también pensar en campo, deportes de aventura y respirar aire puro. Es como si alguien hubiera decidido que eso es contraproducente y hubiera hecho pensar así al resto del planeta o, por lo menos, al resto de españoles. La realidad es muy diferente, y vengo a demostrarlo.
Cuenca
¿Habéis estado en Cuenca? Yo solo un par de veces y en ambas ocasiones tuve la oportunidad de vivir lo mejor de los dos tipos de turismo, el cultural y el de aventura. ¿Cómo? Pues sencillamente organizando bien el viaje y teniendo bien claro lo que queremos hacer y lo que esperamos de esa ciudad.
Alojarte en un hotel en pleno centro de Cuenca es maravilloso para tener todo a mano y disfrutar de los rincones de la ciudad pero ¿por qué no alojarte un poco más alejado y ahorrarte un dinerillo al tiempo que te das la oportunidad de hacer cosas diferentes?
Nosotros nos alojamos en un camping que no estaba a más de 15 minutos del centro de la ciudad, pero lo suficientemente a las afueras como para poder sentirte cómodo en la naturaleza. Alquilamos una casita de madera, un bungalow como los llaman este tipo de campings, y decidimos estar 6 noches y 7 días.
Quien haya estado en cuenta sabrá que con un día sobra para ver lo más importante de la ciudad pero yo, personalmente, recomiendo dos, para ir con calma y visitar alguna que otra cosa que puede que no sea tan turística pero sí igual de interesante. Vimos las casas colgantes, los puentes, el centro histórico, la catedral y, por supuesto, la ciudad encantada y el parque arqueológico de Segóbriga. Eso nos ocupó dos días, y nos quedaban 4 más aparte del tiempo perdido en la ida y le vuelta que eso, por desgracia, no nos lo quita nadie.
Pues bien, en los cuatro días restantes hicimos tiro con arco, tirolina, piraguas, descenso de cañones e incluso una ruta a Caballo. Todo eso gracias a estar alojados en un entorno rural cerca de donde se realizan este tipo de actividades y, además, con la ventaja de poder disfrutar de ciertos lujos como la piscina del camping o la zona de barbacoas.
Úbeda y Baeza
Estas dos localidades con patrimonio de la humanidad gracias a lo bien conservadas que están. Pasar un día en sus calles es como viajar al medievo pues cada callejuela, cada rincón, parece sacado de un libro de historia. Si lo que se busca es un viaje cultural, visitando estas dos ciudades que se encuentran pegadas, estáis cumpliendo el objetivo de vuestro viaje. De eso no cabe duda. Podréis ver la catedral, palacios, plazas medievales, museos, ruinas arqueológicas, la sinagoga del agua y mucho más.
De hecho, hay tanto que ver en tan poco espacio que es muy interesante hablar con Visita Úbeda y Baeza para que nos organicen un poco la visita. Totalmente recomendables.
Pero de nuevo, si decidís alquilar un alojamiento rural o una estancia en un camping cercano, podréis disfrutar de aventuras como descensos de ríos, paseos a caballo, senderismo o karts y conseguir así un viaje totalmente complementario.
Extremadura
No poséis visitar esta comunidad autónoma y no pasar por Mérida. Tanto su Teatro Romano como las ruinas que lo rodean son toda una joya histórica a la altura del Panteón de Agripa por ejemplo. Puede que la majestuosidad no sea la misma, pero sí la historia que tiene cada sillar, y merece la pena esa visita. Pero también podéis ver el centro histórico de Cáceres, magnífico, visitar el pueblo de Trujillo con su gran muralla o Plasencia, toda una maravilla medieval.
Y después de esas visitas, después de conocer la cultura extremeña, ¿por qué no conocer también sus parajes naturales y los deportes de aventura que podemos practicar? La conocida agencia Naturacción nos propone actividades acuáticas como camas elásticas, Blob Jump (que no sabía ni lo que era hasta que lo he visto y parece muy divertido), travesías en kayaks y mucho más.
Cazorla
Esta ciudad es naturaleza, es vida, es aire puro y es aventura, pero también puede ser cultura. Normalmente, en esa ciudad se suele vivir todo al contrario pues lo que predomina son las estancias en la naturaleza y el turismo rural. De hecho, en Ecoactiva Turismo nos dijeron que los turistas les llaman para contratar actividades de aventura en la sierra y son ellos los que tienen que proponerles también que visiten otro tipo de lugares.
A nivel de aventura podemos practicar barranquismo, rutas en 4×4, piragüismo, paintball, espelología y mucho más. Pero también podemos visitar el castillo de la Iruela o el de Yedra, la Bóveda del río Cerezuelo, las ruinas de la Iglesia de Santa María, el muero de las artes y costumbres populares y, por supuesto, hacerte una escapada a Úbeda y Baeza que se encuentran a un tiro de piedra.
En el extranjero
Y os podría decir miles de ciudades más. De hecho, personalmente soy de las que piensa que todas y cada una de las ciudades españolas, o localidades, esconden encantos maravillosos y, si tienes vehículo y te alejas de las grandes urbes para alojarte, lo más posible es que encuentres miles de aventuras deportivas para practicar durante tu viaje. Eso sí, España no es el único lugar donde puedes practicar estas actividades. Estos son algunos destinos magníficos fuera de nuestras fronteras:
- Wanaka: una localidad de Nueva Zelanda donde se pueden practicar actividades increíbles rodeador de naturaleza.
- El Chaltén: se trata de un puerto fronterizo ubicado en el Parque Nacional de los Glaciares, en Argentina, y es una auténtica maravilla para la vista.
- León: pero no el nuestro, sino el de Nicaragua. Una ciudad colonial helada en el tiempo con acceso a aventuras volcánicas.
- Pokhara: una ciudad considerada la capital de Nepal si hablamos de deporte extremo.
- Chamonix: la ciudad del esquí francesa por antonomasia.
- La Fortuna: un refugio ubicado en Costa Rica donde cada rincón es mágico.
¿Y tú, que destino nos propones?