Haz un ejercicio de masoquismo. Coge una factura de la luz de hace dos años y compárala con una factura de este mes. Supongo que habrás comprobado la diferencia. En la de hace dos años pagabas muchos menos dinero que lo que estás haciendo ahora. Pues sí, esto se debe a que la factura de la luz no deja de subir y nadie hace nada por evitarlo. A los políticos se les llena la boca con el tema Cataluña, inmigración o aborto pero nunca se preocupan de los problemas diarios de los españoles.
Y uno de esos problemas diarios es el de pagar la factura de la luz. Y es que cada mes se comprueba que nos están sablando por todos los lados. Como está claro que los políticos no piensan hacer otra cosa que estar ahí en beneficio propio. Pues lo único que podemos hacer es buscar trucos o consejos para poder ahorrar en la factura de nuestra casa. Una buena idea es la de ahorrar en los electrodomésticos. ¿Cómo? Pues toma nota porque es sencillo y además muy efectivo.
Datos de consumo
Primero vamos con unos datos para hacernos una idea de la importancia que tienen estos aparatos en el día a día. Los electrodomésticos suponen un 60% del gasto de energía del hogar según datos de Red Eléctrica. Si crees que tu factura eléctrica está desbocada ellos pueden tener parte de la culpa. Por eso hay que tomar medidas. Ahora bien, hay que diferenciar entre el ahorro al comprar electrodomésticos y el ahorro al utilizarlos. El primer paso es elegir bien qué lavadora, frigorífico, lavavajillas, televisión quieres. El segundo es hacer un buen uso para ahorrar energía.
Compra modelos con etiquetado energético de clase A y adecuados por tamaño y prestaciones a tus necesidades. Ahora mismo los nuevos electrodomésticos consumen mucho menos que los que existían antes.
Utiliza la lavadora y el lavavajillas solo cuando estén totalmente llenos. Si eres solo una persona o dos como mucho, tendrás que esperar un poco más de tiempo, pero no puedes estar poniendo una lavadora o una carga de platos por día. Por cierto, usa las temperaturas más bajas posibles para lavar y selecciona los programas más adecuados. Por ejemplo, en las secadoras, no es necesario secar al máximo la ropa que después se tiene que planchar.
El frigorífico representa entre el 10 y el 15% de toda la energía consumida en el hogar. Es decir, cuando tengas que comprar una puedes optar por hacerte con una de medidas pequeñas. Está claro que eso dependerá del número de personas que seáis en casa. “Un frigorífico de Clase Energética A+ puede tener un consumo anual de 208 kW, algo que es mucho menos que las cifras actuales”, nos cuentan desde Universal Blue, una tienda especializada en los electrodomésticos. Además recuerdan que se puede ahorrar electricidad con el frigorífico de doble puerta.
Siempre recordará a mi madre protestando porque abríamos muchas veces el frigo. Y la verdad es que no le faltaba razón a la pobre mujer. Cuantas más veces se abra la puerta de la nevera, más escarcha se produce, y solo con una formación de 5 milímetros de espesor, el consumo energético aumenta en un 30%. Así pues, haz caso a los consejos maternos y abre solo cuando sea necesario y con una diferencia prudencial de tiempo.
Descongelar los alimentos
Deja enfriar los alimentos antes de meterlos en el frigorífico y no los amontones dentro. Y haz lo mismo en el otro proceso. Si tienes que cocinar algo o meterlo en el microondas, intenta que previamente haya ya vivido un proceso de descongelación natural.
Aprovecha recursos
En vitrocerámicas o sistemas de inducción, apaga la placa cinco minutos antes de que acabe la cocción y mantenla siempre limpia. Hay que aprovechar todos los recursos que tenemos, y ese calor residual vendrá muy bien para terminar de cocinar nuestros platos.
Adapta la dimensión de los quemadores a los recipientes, de forma que el recipiente tenga uno o dos centímetros de diámetro mayor que la superficie de la llama de gas o placa, y no utilices la placa más grande para calentar la cazuela más pequeña.