Y llega la navidad, y llegan las compras y llega el momento de comerte la cabeza. Yo odio esto de tener que regalar porque sí. ¿Qué pasa si no se me ocurre nada que regalar? Es horrible. Mi novio es un fanático de los robotitos esos que vuelan y graban y supongo que le regalaré uno de esos. He estado mirando y aquí hay drones baratos con cámara. Pero aún no lo tengo muy claro. A veces pienso que es mejor decir que ni quieres regalos ni quieres hacerlos y así, todos contentos. Lo que te apetezca tener te lo compras tú y ya está.
Una buena idea es, a veces, hacerlo tú mismo. Lo que pasa es que la sociedad es tan materialista que se piensan que has decidido hacer algo manual por ahorrarte unas monedas en lugar de pensar que lo haces porque quieres que sea algo especial y único. Yo este año me lo estoy planteando seriamente, de verdad. Mirad esta web con 15 manualidades para regalar.
Por ejemplo, ahora están muy de moda los scrapbook que son libros hechos manualmente donde puedes poner fotos, recuerdos, o lo que te dé la gana. Si tienes el regalo comprado puedes crear la tarjeta de felicitación o la caja donde guardarlo y envolverlo. No sé, hay muchas ideas, lo importante es ser original y hacerlo tú misma.
También podemos crear velas nosotras mismas, velas especiales y nuevas. Originales. En tazas o en lo que sea….
Por ejemplo, el año pasado compré un jarrón monísimo pero que no tenía nada de especial de una tienda de decoración. Era pequeño, como de unos 15 centímetros, transparente, me costó 6 euros. Luego compré dos paquetes de 30 velas de esas pequeñas, a tres euros cada paquete, y las derretí todas al baño maría. Con la cera derretida llené el jarrón y le pide una mecha larga enorme que llegaba hasta el fondo y luego decoré el jarrón con rotuladores de esos que no se borran. Quedó muy bonito la verdad y muy original.
A veces también pienso que si tú haces un regalo con todo el cariño de mundo, sea cual sea o de la manera que esté hecho (como manualidad, comprado, da lo mismo) y luego, la persona que lo recibe no lo aprecia, el problema es suyo no tuyo. Porque yo aprecio todo lo que me regalan, no por el regalo en sí sino porque piensan en mí y se toman la molestia de crearlo, de comprarlo, de buscarlo, de pagarlo, o de todo junto. ¿Entendéis lo que quiero decir? No os compliquéis, si no gusta el problema siempre es de los demás.