Una separación o divorcio nunca es fácil, uno se casa pensando que va a ser para toda la vida, formará una vida y sería feliz, pero en ocasiones, como a mí me ha pasado no es así y se sufre mucho.
Todo el sufrimiento de una relación que no funciona parece que se pueden soportar por los hijos, pero llega un momento en el que uno se da cuenta que tiene una vida y que también tiene derecho a vivirla de forma libre, no teniendo que aguantar discusiones o diferencias que se han atenuado con el tiempo.
Sabía sobradamente que separarme del padre de mis hijos iba a ser complicado, pero aún más que para mis hijos lo sería más. Como tengo amistades que han pasado por esta situación me recomendaron custodiahijos donde los abogados de reconocido prestigio me ayudaron a conocer de forma detallada los pasos que teníamos que dar y que ciertamente no son fáciles, pero el contar con un asesoramiento por expertos te hace dormir algo más tranquila.
Al final la custodia me la concedieron a mí, aunque lejos de poner problemas, estoy siendo muy flexible con los horarios y con mi marido cuando está con ellos. Soy consciente que los años pasan rápido y no quiero que los niños guarden rencor a su padre, así que puedo decir que, pese a haber contado con un juicio bueno y que no estoy teniendo demasiados problemas con mi ex, es duro ver como tus hijos se van los fines de semana.
Ahora como dice mi hermana tengo que intentar volver a salir y a conocer gente. Fui de esas personas que se casaron muy jóvenes y casi pasó de puntillas por la época de las discotecas y los bailes. Hoy en día todavía no me veo buscando pareja o incluso teniendo un rollo, pero sí que quiero ampliar mi círculo de amistades y en mi tiempo libre volver a viajar más o practicar ciclismo como hacía hace años.
La custodia, un tema delicado para la familia y toda la sociedad
Mis niños dentro de lo que cabe no lo están pasando mal, quizás son todavía pequeñitos, ya que el mayor tiene 5 añitos y el menor 3, pero se han dado cuenta como es normal de que las cosas ya no son como antes y de que papa se va toda la semana a vivir a otra casa.
Mi consejo para todos aquellos que estén en una situación similar es que tengáis siempre que sea posible paciencia y que hay que ceder de ambas partes para que los niños no terminen pagando una situación en la que evidentemente ellos son los menos culpables.
Lo mejor es intentar que todo transcurra de modo natural, haciéndoles ver que la vida continua y que tanto mama como papa están bien y que estamos todos bien. Se perfectamente que quizás de ahora en adelante me harán preguntas que tendré que saber cómo contestar, pero hay que ser valientes con una decisión que desde luego ha sido la mejor.
Merece la pena vivir con tranquilidad y que nuestros hijos no tengan que convivir con discusiones a diario, algo que veía imposible de evitar.