Tenía pendiente de visitar Biarritz desde hace tiempo. Por fin, después de pasar varios meses planeándolo, decidí junto con mi novio hacer una pequeña ruta por algunas de las mejores playas del norte para hacer surf y acabar nuestra ruta, cómo no, en Biarrtiz.
Después de valorar las diferentes formas de hacer nuestro viaje, nos decidimos por el coche. Las carreteras de nuestra ruta están especialmente en buenas condiciones.
Al parecer, según me informó mi padre, muchas de estas infraestructuras y sistemas de Seguridad Vial estuvieron a cargo de Industrias Duero, un grupo empresarial español de referencia en este campo. Por lo que, las condiciones del viaje serían más que favorables contando con buen tiempo y teniendo el coche a punto.
Por lo demás, íbamos perfectamente equipados para nuestro plan de hacer surf sin parar y recorrer las mejores playas del norte hasta Francia.
Qué hacer en Biarritz
Por un lado, esta zona es famosa por sus playas, con aguas terapéuticas y una escena surera como pocas en la zona. Restaurantes y balnearios de lujo conviven en armonía con tranquilos puestos de pizza y tiendas de surf.
La verdad es que se crea un ambiente muy curioso, y es que, por un lado, están las casas burguesas y las mansiones, utilizadas por los adinerados como casas de verano. Si bien, este toque de lujo se equilibra con la cultura surfera más relajada y despreocupada.
La práctica del surf no es solamente una actividad muy popular en Biarritz, tiene además raíces muy profundas en la ciudad. Se dice que la introducción del surf en Europa tuvo lugar en 1957 en las playas de Biarritz, en la playa Côte de Basques para ser más exactos.
Biarrtiz cuenta con, nada menos, que 6 km de playas, playas de arena fina y gran cantidad de algas marinas. Son, precisamente, esas algas las que añaden yodo al agua, la cual tiene efectos beneficiosos para el cuerpo.
Estas propiedades curativas son la razón de la popularidad de los balnearios y talasoterapia tan abundantes en Biarrtiz, y otra interesante opción para su visita.
Me gustó especialmente, Playa Grande que es la principal de la ciudad, muy popular, tanto entre turistas como gente local. Antes se conocía como Côte des Fous (costa de los locos), debido al gran número de gente “enferma” que visitaba estos parajes por los efectos beneficiosos de las aguas.
Otro pueblecito que no debería faltar en una visita por esta región del sur de Francia es Anglet, un pueblo al norte de Biarritz, situado junto al otro lado del faro y que también presume de unas espectaculares playas.
Lo cierto, es que al final nosotros nos pasamos la mayo pate del tiempo en carretera, haciendo pequeñas paradas cuando veíamos una playa con buenas olas. Lo mejor de venir por esta zona es que había tantos lugares espectaculares que no teníamos problemas de que nos faltaran playas sino más bien en elegir cuáles ver.
Parece mentira que a tan solo un paso de Irún, se encuentre un lugar tan diferente, mezcla de estilos y culturas en el que no hay tiempo para aburrirse.