No es extraño que, tras romper una pareja, o ella o él necesiten ayuda profesional. Da igual si la ruptura ha sido de mutuo acuerdo o por parte de uno de los dos porque a veces nuestro raciocinio acepta lo que nuestro corazón se niega a aceptar y, en ocasiones, ese corazón no es más que dependencia, inseguridad, falta de autoestima o, simplemente, rutina.
Muchas personas, sobre todo los hombres, lo ocultan tras una máscara que lo único que hace es causarles aún más daño. Cualquier ruptura es dolorosa y eso hay que aceptarlo desde el primer momento, el problema es cuando te crees que todo va a ser fácil, que no vas a echar cosas de menos y que todo va a pasar muy rápido porque la mayoría de veces no es así. Hay un periodo de duelo y que hay pasarlo.
Ocultar tus sentimientos o tu estado anímico no beneficia a nadie, y mucho menos a ti. Debes pasar ese periodo de sentirte extraño, de estar solo/a de repente, de añorar a esa persona y los momentos que viviste con ella antes de poder estar otra vez al 100% y algunas personas necesitan ayuda para eso. Hay quien, simplemente, no estaba preparado/a para la ruptura y no termina de aceptarla y hay quien, sabiendo que necesitaban romper la relación, no termina de despegar después de dicha ruptura. Sea como sea, no me parece nada vergonzoso acudir a un especialista y tampoco creo que sea necesario ocultarlo, aunque tampoco es necesario pregonarlo a los cuatro vientos porque es decisión propia contarlo o no hacerlo.
El Psiquiatra Hérnandez es un gran profesional psicoterapeuta que conoce muy bien ese sentimiento del que estamos hablando hoy en el post y nos asegura que, además de las situaciones personales íntimas y psicológicas de cada paciente, hay ciertos factores externos que pueden dañar aún más la recuperación de la persona que acude a su consulta. No es lo mismo tratar a una persona que sale de un divorcio o separación amigable, de mutuo acuerdo, que tratar a alguien que viene de un divorcio complicado y aún puede ser más traumático cuando el hombre, o la mujer, debe luchar por ciertos temas como la custodia de los hijos o la pensión de alimentos.
Debemos tener en cuenta que en los divorcios complicado es donde a veces te das cuenta de con quién has estado compartiendo tu vida: descubrir que un hombre o mujer, con el/la que has estado compartiendo tu vida, no quiere aportar nada en la educación de sus hijos, ni económica ni psicológicamente, destruye por completo unos recuerdos y una vida pasada que a veces es difícil de olvidar.
Muchas personas, tras comprobar las reacciones de sus parejas, sienten que su vida era mentira, que han vivido en un estado hipnótico en el que no se daban cuenta de que su pareja no era lo que ellas pensaban y eso las sume en una depresión muy profunda. Algunas personas piensan que incluso han perdido los mejores años de su vida con esa otra persona y ahora son años irrecuperables.
En esos casos hay que animarlas/los a seguir adelante y a luchar por lo que les corresponde, tanto ellos/as como a sus hijos y, en este sentido, lo mejor es ponerse en manos de unos buenos abogados y dejar en ellos todo el peso del problema para poder recuperarnos ajenos/as a lo que ocurra en los juzgados. En Pensión de Alimentos podéis encontrar mucha información al respecto.