Llegan las navidades y, a pesar de que cada día estamos más concienciados, hay aún muchísimas personas que regalan mascotas que luego acaban abandonadas. Todo esto lo digo porque mi hijo me ha pedido un perrito y lo hemos pensado mucho en casa porque a lo que no estamos dispuestos, jamás, es a ser irresponsables, y mucho menos con un ser vivo. Hemos decidido comprar un par de cachorros de pastor alemán para el campo y creo que se va a morir de la alegría cuando los vea.
Tengo dos hijos, así que vamos a regalarles un perro a cada uno ya que podemos aprovechar la suerte que tenemos de tener una casa en el campo, a las afueras de la ciudad, a la que llegamos en menos de 10 minutos la verdad. Los fines de semana los pasamos siempre allí, al igual que las vacaciones y los meses estivales. Normalmente desde marzo hasta septiembre vivimos allí y hemos pensado mucho todo esto precisamente por los meses restantes. No podemos tener dos perros en casa, en un piso, y yo me niego a tenerlos abandonados porque pasa eso no tengo perros así que le hemos dado muchas vueltas. No es que no subamos al campo de octubre a febrero, pero no vivimos allí porque en los meses de frío es más cómodo estar en la ciudad. Al final hemos decidido que cada día subirá uno de nosotros al campo después de trabajar junto a los niños.
Tenemos la suerte de que salimos sobre las 5 de la tarde del trabajo y los niños también así que los cogeremos y subiremos al campo a pasar allí la tarde, e incluso cenaremos allí probablemente. Aun así pasarán solos la noche y la mañana pero les vamos a poner una puerta de esas para perros en la parte trasera de la casa para que entren y salgan cuando les dé la gana.
La idea de que fueran pastores alemanes no nos vino a la ligera, lo pensamos mucho. Necesitábamos una raza que fuera cariñosa con los niños pero que, al mismo tiempo, pudiera pasar varias horas sola sin depender de un humano y tras hablar con muchos profesionales nos recomendaron el pastor alemán y, concretamente, la empresa a la que os he redirigido que se llama Villa Carpe Diem porqué porque ya de por sí sus cachorros se crían en libertad en el campo y cuando llegan a ti con dos o tres meses ya están acostumbrados a esa vida y es fácil adaptarlos a ti. Además de que me han hablado maravillas de ese centro canino y como soy amante de los animales buscaba un criadero donde los perritos fueran parte de su familia y no un negocio sin más porque yo me niego a comprar en esos sitios donde los tratan como a mercancía.
Los perros pueden ser un regalo perfecto siempre que se tenga claro que no son regalos, por raro que parezca. Son seres vivos de los que no puedes desprenderte después y de los que debes responsabilizarte. Se hacen grandes, molestan, se ponen enfermos y necesitan muchos cuidados y eso no puedes obviarlo cuando regalas o te regalan un cachorro. Es inhumano deshacerte luego de ellos como si fueran algo usado. Me horroriza nada más de pensarlo.
Pero si con todo eso sigues queriendo regalar un cachorro a tus hijos o a algún familiar os recomiendo que leáis este artículo sobre cinco formas de cuidar la salud de tu perro en las fiestas. Es muy bueno y te ayudará a disfrutar de las navidades sin dejar de lado a tu mascota ni cambiar sus hábitos.