San Valentín, la noche de “l´amour”, la noche más romántica del año, o al menos eso es lo que quieren meternos a todos en la cabeza para que compremos los mejores regalos para nuestras parejas y así hacemos que el dinerito se mueva y se active la economía. ¡Ja! Me río yo de la teoría esa, pero bueno, el caso es que sí que es San Valentín y el 80% de nosotros vamos a hacer regalitos ¿o no?
Este año he decidido que me voy a regalar a mí misma, y no os creáis que es que soy una creída y pienso que tengo el cuerpo tan perfecto que cualquiera estaría encantado conm tenerme esa noche. Es que mi pareja, por extraño que parezca, tiene una especie de predilección extraña hacia mí y hacia mis nalgas así que he pensado que en lugar de comprar alguna tontería a la que luego no hará ni caso pues, mejor me preparo yo con lazo incluido que seguro que surtirá más efecto.
Para empezar tengo hora en la peluquería por la mañana, y por la tarde con la esteticista porque me voy a depilar entera, no me va a quedar ni un solo pero en el cuerpo que no esté en la cabeza, ya me entendéis, y me voy a pillar el conjunto más sexy que haya en lenceríapaqui.com. En esa tienda online tienen unos modelos chulísimos y super sexis, pero nada de pagar una pasta por ellos como si estuvieran hechos con hilo de oro como pasa en algunas mercerías, no, allí la relación calidad-precio es buena y no te tienes que dejar medio sueldo para ir mona.
Encima llevaré un abrigo negro que tendrá que quitarme él porque me lo voy a cerrar con una lazada roja enorme como si fuera un regalo. Va a alucinar.
Aunque he de decir que, por lo visto, mi gran idea no es tan original porque hasta las agencias de comunicación publican estos días artículos sobre lencería y ropa interior sexi. Según Europa Press los conjuntos de lencería serán nuestros aliados en San Valentín. Según ese artículo, la tradición manda que el conjunto en cuestión sea de color rojo pero yo estaba pensando en el negro, la verdad, no sé por qué pero el rojo me parece más vulgar y el negro más sexi y elegante, aunque para gustos los colores (ya se sabe).
Me hace gracia, porque en ese mismo artículo pone que los conjuntos de lencería sexi nos garantizan (entiendo que a las mujeres) una noche de barra libre de besos. Si alguien me dijera esa misma frase a la cara le soltería una buena ostia por dos motivos: el primero es el machismo que se esconde tras una frase como esa y el segundo es, simplemente, que me parece tan mala la metáfora de la barra libre que el creador de la imagen debería llevarse un buen guantazo, pero como no sé quién es pues, se libra.