Dicen que el mayor sueño de muchas chicas jóvenes es casarse, pero no por casarse en sí, sino por el día de su boda. Quieren ser las princesas, las protagonistas y las más hermosas del día, quieren que todo salga a pedir de boca y quieren que todo ser mágico ¿verdad? Bueno, pues imagino que será verdad pero en mi caso el que está como una cabra es mi futuro marido y lo digo muy enserio.
Hoy os traigo el mejor servicio en fotografía de bodas del momento, y sé que es el mejor porque es el que ha seleccionado mi novio. Lleva con este tema más de tres meses, y sólo para contratar a uno y otro, así que imaginaos la que me espera de aquí a 8 meses que es cuando me caso. A mí todo me da igual, o prácticamente todo, ¿qué quiere flores lilas? Pues lilas… ¿qué quiere mesas redondas? Pues redondas… ¿Qué quiere llegar en coche de caballos al banquete? Pues en coche de caballos… Todo lo que él quiera estará bien, lo que pasa es que me resulta gracioso ver como es tan meticuloso con todo este tema mientras que a mí me da todo un poco igual.
El caso es que al menos ya se ha decidido por el fotógrafo y eso es un quebradero menos de cabeza así que estoy muy contenta al respecto. Se trata de Hevia Fotógrafos y os puedo asegurar que no es bueno, es lo siguiente a ser magnífico. Mi marido ha visto books de más de 30 fotógrafos de mi ciudad y alrededores y tras seleccionar a tres ha estado analizando por semanas, tanto su trabajo como lo que ofrecen, hasta decantarse por Hevia así que sé que no podría haber mejor elección que esa. Incluso antes de seleccionarle a él estuvo leyendo libros de la biblioteca sobre técnicas de fotografía de bodas. Recuerdo que primero leyó este artículo sobre consejos para principiantes y luego, se vino tan arriba que empezó con los libros. ¿Conocéis a alguien tan metódico y cabezón? Yo creo que no. A veces pienso que me voy a casar con el mejor hombre sobre la faz de la tierra y otras veces pienso que con quien me caso es con el más maniático…
Los menús
Otra cosa que le trae de cabeza es el tema de los menús del banquete. Él tiene muy claro que quiere que haya un cóctel de bienvenida con mesa de queso y jamón, además de picoteo a raudales, y luego un menú de entrantes y plato fuerte en la mesa. Hasta ahí, aunque me parezca exagerado, es lo normal, ¿verdad? Ahora bien, lo que no me pareció tan normal es cuando me dijo que en el menú debe ir un postre, por supuesto, y luego, tras el postre, iría la tarta nupcial ¿Estamos locos? ¡Eso son dos postres! Por no hablar de la mesa de dulces que hay después y que tan de moda se ha puesto, así que me parece que vamos a salir rodando como pelotas del restaurante la verdad.
Pero es que es exagerado en todo. En las últimas bodas a las que hemos ido hemos visto a gente que contrata monitoras para los niños, músicos tocando en vivo, DJ para la fiesta, photocall, karaoke, etc… pues bien, él lo quiere todo. Quiere un saxofonista tocando en directo durante el cóctel de bienvenida, quiere una pequeña orquesta que anime la velada el principio de la fiesta (al menos una hora) para luego pasar al DJ, quiere monitores para los niños y un rincón de karaoke, quiere photocall y hasta está pensando en contratar a unos chicos que hacen un espectáculo lumínico con fuego para el momento del postre. ¿Está loco o no?
Yo ya le he dicho que si hacemos todo eso se vaya olvidando de tener hijos durante los próximos cinco años porque aún estaremos pagando la boda y él dice que da igual, que es sólo una vez en la vida así que… me veo casándome a lo Sisí Emperatriz….